2012: No sabes cuando llega

2012

2012 empieza, pero no tengo la menor idea de cuando.

Si usase un calendario, seguro que estaría enterado de este tipo de acontecimientos, pero he decidido que no me aporta nada pensar en esas chorradas. He triturado toda referencia al paso del tiempo. Lo prefiero.

En el pasado tenía interés en conocer los detalles de lo que me esperaba, de llevar una cuenta, pero ya tengo edad legal para beber en todos los países del mundo, por lo que me da completamente igual si nieva en junio, si hoy es el solsticio de verano o mañana empiezan las fiestas de tu pueblo. Me temo que no tengo más remedio que abrazar el descontrol, porque nunca voy a hacer lo que se supone que debería hacer por la edad que tengo. And I like it.

Imaginad un mundo sin fechas, sin tener que celebrar lo que te marca el calendario, sin domingos, sin martes y trece: Elijo vivir esa existencia libre.Celebrar fin de año comiendo un pistacho por cada una de las incontables campanadas imaginarias que me apetezcan. Pondré el árbol de navidad en la piscina, es hinchable. Tiraré por la ventana los platos que quiera, es mi tradición de las 12:34. Que tengas un feliz no-cumpleaños. La fiesta de fin de curso es mañana en clase de matemáticas y por fin voy a sacar a bailar a la niña rubia del pupitre de al lado, ¿Mañana no hay matemáticas? ¿Es sábado? ¿Y? Póngame un helado de tres bolas, azafata. Tenga usted, caballero.

Poner principio y final a las cosas cada 365 días es bonito, da cierto puntito creer en el borrón y cuenta nueva, y me gustaría que eso siguiese siendo así. Creo en las hadas, voy a aprender a tocar el piano. Autosuperación. Éste año sí. Esas cosas. Voy a tener un 2012, pero cuando yo quiera. Voy a empezarlo muy bien. Cuando esté listo. Y os prometo que va a ser un gran año, os deseo que el vuestro sea el mejor de todos.

¡Feliz año nuevo! ¡Cuando sea!